FELICITACIONES MUCHAS

Álvaro, no quiero ser el último de los cientos que te envíen una FELICITACIÓN por tus 23 añitos. ¡Qué suerte!
¡Quién los pillara! Aunque para qué lamentarnos; los de mi edad y no tanto nos consolamos con aquello de "también los hemos tenido". MUCHAS FELICIDADES. ¿Ya te han echado "la cuelga"? A nosotros, de pequeños y no tan pequeños nos colgaban un collar de cuerda al que iban atados unos cuantos caramelos y unas galletas de la madre. Como se repartían entre todos tocábamos a poco. Pienso yo que había pocos caramelos o muchos entre quien repartir, o las dos cosas.
Como te gustan las historias, te cuento. Este obsequio (la cuelga), y la manzana, la naranja, los cuatro higos, castañas y nueces que nos traían los Reyes eran todos los regalos que recibíamos en el año. En otra época, cosas prácticas: unas alpargatas para ir tirando, unos calcetines nuevos hechos con lana virgen, una camisa y cosas así. La ropa la íbamos heredando entre los hermanos. Yo tuve suerte en ese sentido, como era el mayor normalmente me tocaba estrenar.
Una de las cosas que más me hacían ilusión eran los "aperos" para la escuela. El papel no sobraba y lo suplíamos con unas pizarras de piedra negra, enmarcadas en madera, donde hacíamos nuestras cuentas.
Escribíamos y borrábamos. Anexo a la pizarra colgaba de una cuerda la "borra" y en el bolsillo llevábamos en "pizarrín". Los bolis se inventaron posteriormente y en cuaderno, que también teníamos, escribíamos con el universal y sempiterno lápiz. Me pregunto cómo es posible que este humilde instrumento todavía sea útil.
Había plumas estilográficas, pero no llegaban a nuestras manos. Escribíamos, también, con la "plumilla" que mojábamos cada dos o tres palabras en el tintero. Y ¡hay que ver cómo la manejábamos!
Dirás, pero ¿de qué va este tío? ¿Tanto cuento para felicitarme?
Pues nada, MUCHAS FELICIDADES!!!! Caray.

Muchas gracias, Ezequiel. Madrugaste a poner el comentario, ya veo.
A mi también me hicieron la cuelga de pequeño, ¡Qué ilusión hacía!. Como en el pueblo no había ni bar ni quiosco ni nada y al colegio íbamos en el transporte escolar, solo en verano teníamos las chucherías a nuestro alcance (íbamos en bici a Llama, al bar de Ramón).
Me encanta que nos sigas escribiendo cosas. Me recuerda mucho lo que nos cuentan, casi echándonos la bronca: ¡Ahora tenéis de todo!, antes.... la madrina nos daba en un cucurucho de papel, una naranja y unos higos; íbamos mas contentos que unas castañuelas....