Ultraligero

Salvador, nos podías contar de como llegó el ultraligero a Llama y esas cosas. Yo siempre la he visto surcando el cielo pero nunca la he visto de cerca. ¿sólo tiene una plaza? ¿Como te arreglas para manejarlo y sacar fotos a la vez?

Mi ULM (avión Ultra Ligero Motorizado) es un Tango GTII biplaza con motor Rotax de 65 CV de dos tiempos.
Me lo traje un 2 ó 3 de Febrero en vuelo directo desde el campo de Alcazarén donde había hecho el curso para obtener la licencia de vuelo. Mi hermano me llevó allá de madrugada, subí al chisme con Constantino el instructor y a darle caña. Parada a repostar en unos campos cerca de Ceinos de Campos. La gasolina la llevaba por carretera quien antes os dije. Estirar las piernas o las patas -según los días y estado de ánimo- y otra vez en el aire. Ahora rumbo norte hasta ver la línea de montañas, distinguir Peñacorada y enfilar para allá. Vertical de Gradefes y en un rato pasé sobre la peña de los Corralines y a quitar motor para bajar. Y así fue la cosa de cómo nos hicimos en Llama con campo de aviación.
Volar y fotografiar: nada complicado. Con altura bastante (de 300 metros para arriba) te puedes permitir ciertas alegrías ya que no hay nada con lo que chocarte. Nivelas vuelo, palanca sujeta entre mis rodillas y ya tengo manos libres para encuadrar, enfocar y disparar. Uso casco BMW con mentonera móvil que me deja la cara libre para acercar el visor de la cámara.
En todo caso, no hay como probar. Es biplaza, ya te dije.

Si señor, es biplaza y un servidor lo dice por experiencia. He tenido el honor de acompañar al piloto en un vuelo, y de verdad que la experiencia es la leche. Además que el "conductor" maneja con pericia y soltura y eso da confianza. Hombre, sí que es cierto que una vez aceptada la invitación al viaje, cuando estás allí subido y el piloto te da las instrucciones de comportamiento en vuelo y empieza la carrera de despegue, te preguntas qué haces tú allí subido al lado de este galeno que seguro que no firmó cláusula en su juramento hipocrático que incluya lo de llevarte a tí en su avión biplaza. Y hay un segundo de ese momento en que querrías decirle que pare que te bajas y/o preguntarle que si el aparato tiene papeles porque tienes mujer, hija e hipoteca de piso, pero al segundo siguiente piensas eso de: ¡Que coño voy a tener yo miedo ahora si llevo sangre minera! Una vez arriba es una pasada de sensaciones. Ver nuestra comarca desde arriba y a una distancia que te permite distinguir todo casi en detalle es toda una experiencia. Cuando empiezas a bajar ¡ay amigo! ahí si que yo...¡Que en tu ignorancia te parece que se va a calar! Pero vuelves a pensar en que tu padre y tus abuelos eran mineros y peor las habrán pasado, y te vienen de nuevo los arrestos porque además ves que no se cala y que es que es así la cosa y que el piloto controla. Vamos que como siempre que uno viaja en avión el despegue y el aterrizaje son lo más emocionante pero en este caso lo son aún más. Cuando te bajas y el piloto te pregunta que qué tal pues le dices todo digno que ¡ha sido la leche! ¿Que si repetiría? ¡Por supuesto que sí! Por las venas de nuestro valle corre sangre de valientes.

Pues sí, Chema, muy bien descrito el bautismo aeronaútico en esta cosa presuntamente voladora (a veces aún dudo).
Y mira: CADA vez que voy a despegar tengo el mismo pensamiento y la misma sensación de taquicardia, de suelta a lo bruto de adrenalina y de dudas, muchas dudas, todas las dudas de mi primer vuelo. El instante en que has comprobado que todo lo que está a tu vista y lo que dicen los instrumentos está bien, al empujar a fondo adelante la palanca de gases SIEMPRE se te encoge el ombligo. Vas a meterte en un reino, el de los cielos con minúscula, al que vas de okupa pues no te pertenece. Y ha de salir TODO bien para que todo salga bien: la fuerza de la gravedad no sabe más que tirarte del culo p`abajo. Y es inexorable. Y nunca se descuida. Lo más que podemos hacer es empatar con ella.
A veces me fijo en las cigüeñas que tienen su nido en lo alto del contenedor de cemento de la arenera, cuando paso apenas unos 20 metros por encima de ellas y las veo mirarme como preguntándose ¿a dónde irá ese?. Y no sabría qué decirlas porque ellas sí que vuelan a pierna suelta, con o sin viento. Ya cuando llego a la vertical de Grandoso llevo como 120 metros de altura, veo la furgoneta de Fonso y la puerta entreabierta de su nave, pienso en los que estoy despertando a hora tan temprana, bajo vueltas a 6000 y empiezo a notar los brazos algo más relajados. Y ya el aire me dice si va a ser día de suave vals o de break dance.
Y cuando pillas una mañana de atmósfera plácida allí arriba ... entonces el corazón baja a su ritmo de diario y DISFRUTAS como un pánfilo en un concurso de panfileces. ¡Qué hermosura y qué cosa! En fin.
Yo lo he vivido y lo cuento (¡quien decía esto?)

La verdad es que después de un viaje así, el concepto y la visión que a uno se le tiene que quedar a uno de nuestro Condado tiene que ser completamente diferente. ¿Dónde decías que se sacaban los billetes para ese viaje? Con la opinión de Chema a uno le entran más ganas aún de hacer una excursión de estas y no una en bicicleta. El break-dance con la fría atmósfera de invierno o primavera debe de subir más la adrenalina todavía.
A veces sí se oye el ruido inconfundible de la "avioneta", (como se conoce al ULM en nuestros pueblos) y uno mira instintivamente al cielo buscando el color arco-iris o amarillo de sus alas y sonriendo por si sales en la foto. Pero tanto como para despertar al personal no es, que no es el ruido de un caza del ejército, como ha sucedido alguna vez.

Altamente NO RECOMENDABLE que te coja arriba un día de break dance, Alvaro. Una cosa es contarlo luego -que tiene su gracia- y otra vivirla. Una turbulencia te mueve no suavemente como si estuvieras en un columpio, sino bruscamente como si te hubiesen metido en la coctelera de un barman con temblequera. Es bastante desagradable y tratas de salir de ella como un poseso. Y si no puedes, enfilas el primer lugar en que hacer que las ruedas toquen suelo lo menos mal que sea posible.
Pero los días de anticiclón inmenso de ese que va de las Azores a Finlandia, da gusto. Yo me fijo mucho en la columna de humo que siempre está saliendo de la térmica de La Robla (se ve desde que coges más o menos 200 metros) y si veo que sube como una vela pues me da buenas vibraciones y buenos vuelos.
Me dice mi chisme que estás en línea, así que para allá te va esta parrafada.
No necesitas invitación para coger asiento. sólo preséntate y ya está. Lo que nunca sé hasta cinco minutos antes es si voy a despegar o no: depende de lo que me diga mi olfato esa mañana.

Os mando una de las fotos que me ha enviado Salvador del ultraligero. Esta tarde las cuelgo todas en la web, seguramente en el apartado "vistas aéreas". Álvaro, hay un par muy chulas en las que se ve Grandoso. Ya verás como te gustan.

He tardado un poco más de lo prometido, pero por fin están las fotos de Salvador en el apartado "Vistas aéreas".
Saludos!!
Noemi.